Panorama actual de la logística latinoamericana

Durante las últimas dos décadas, la infraestructura logística de América Latina ha mostrado notables avances, sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes, pues aún se presentan grandes fallas en la región.

Aunque la infraestructura latinoamericana ha tenido grandes avances, aún presenta falencias en cuanto a conectividad terrestre, infraestructura de puertos y terminales aéreos; además, no presta servicios logísticos de estándares internacionales, necesarios para la competitividad y el rendimiento económico. Este retraso tiene una gran variedad de causas y consecuencias particulares, según la nación que se mire.

El Baco de Desarrollo de América Latina (CAF), a fin de fortalecer las capacidades logísticas de la región, elaboró el informe La infraestructura en el desarrollo integral de América Latina, en donde señala que “unos pocos países recientemente desarrollados, como Singapur y Corea, o en desarrollo, como China y los Emiratos Árabes, están avanzando en la construcción de operadores globales. En América Latina, con la excepción posible de Chile, no se están consolidando jugadores globales, mientras que las empresas globales están ampliando su presencia en los mercados locales de servicios logísticos a través de compras de empresas existentes y de ampliación de sus capacidades”.

Pese a todo, varios estados de la región se han preocupado por invertir en infraestructura logística de calidad, pues el impacto que este aspecto genera en el posicionamiento competitivo de talla internacional es indudable.

La competitividad no se puede quedar atrás

Es importante insistir en que el desarrollo y mejoramiento de la infraestructura debe ir acompañado de servicios logísticos de calidad.

Hoy por hoy, el crecimiento de varias multilatinas y la constante llegada de multinacionales de reconocida trayectoria están generando nuevas oportunidades para empresas de servicios logísticos en los países emergentes. Estas compañías cuentan con la ventaja de ‘jugar de locales’, lo que les permite atraer y al mismo tiempo crear nuevas plataformas de servicios de acuerdo con las necesidades de los clientes. A futuro, esta circunstancia podría permitirles salir a competir a los mercados internacionales.

Actualmente, son varias las empresas de servicios logísticos de origen latino que están generando propuestas para integrar a la región, a fin de consolidar capacidades logísticas que favorezcan el comercio exterior y el desarrollo de sus empresas exportadoras.

Panorama actual de la logística latinoamericana

De otro lado, el estudio del CAF también señala que “estos resultados de la primera década del siglo XXI han dado lugar a un cierto triunfalismo en los círculos dirigentes de América Latina, que se ha reforzado con la crisis de los países desarrollados a partir de 2008. Según este punto de vista, esta será la ‘década de América Latina’, la que permitirá llegar al desarrollo sostenible”.

Como punto de referencia es importante conocer las razones por las cuales algunos países europeos, Estados Unidos, países escandinavos y de Oceanía, se han mantenido en los primeros lugares de competitividad. Entre las principales figuran su alto nivel de tecnología, el uso y constante renovación automotriz, el impulso a la creación de conocimiento enfocado al desarrollo logístico en sus universidades, fortalecido mediante departamentos de innovación en las empresas.

Los principales obstáculos

Varios diagnósticos realizados recientemente por el Banco Mundial (2013), el Banco Interamericano de Desarrollo (2013), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2014), el Banco de Desarrollo de América Latina (2013), entre otros, señalan que América Latina presenta indicadores de baja competitividad, incluso en comparación con otros países emergentes.

Un ejemplo de estos estudios es el último informe de la CAF, el cual señala que “América Latina es un gran exportador de granos, pero sus puertos exportadores, especialmente en Argentina y Brasil, están saturados, el transporte es predominantemente vial y la infraestructura de acceso es mediocre. Como resultado, se pierde una parte importante del precio CIF en costos de fletes y de transporte interno que no benefician a los productores y se encuentran cuellos de botella crecientes para expandir las exportaciones”.

Adicionalmente, no hay que olvidar que la región ha ido aumentando progresivamente sus exportaciones de minerales (Chile, Colombia, Perú, Venezuela, entre otros), lo que representa una mayor demanda de puertos marítimos y vías rurales terciarias (zonas de poco acceso) y el mejoramiento de las principales carreteras. Aunque algunos países sí han invertido en infraestructura (no de manera organizada), no todos lo han hecho al mismo ritmo. Por ejemplo, Colombia solo cuenta con 900 kilómetros de dobles calzadas y cinco puertos principales; en comparación con Chile, que cuenta con 1.500 km y 32 puertos, es superado en un 170%.

No obstante, y pese a la falta de atención de algunos estados, se puede evidenciar un gran apoyo de empresas del sector privado que han querido suplir estás falencias y han generado asociaciones público-privadas. Claro está que en algunas ocasiones esto ha llegado a generar conflictos sobre el derecho al acceso de terceros (competidores).

Índice de Desempeño Logístico

Una forma clara para conocer cómo está cada país latinoamericano es el Índice de Desempeño Logístico (LPI por sus siglas en inglés), creado en el 2007 por el Banco Mundial. La Cámara de Grandes Usuarios de Servicios Logísticos de la ANDI, en su Boletín Informativo de marzo de 2014, presenta este Índice como una herramienta de evaluación comparativa interactiva creada para ayudar a los países a identificar los desafíos y oportunidades que enfrentan en su desempeño en la logística del comercio y lo que pueden hacer para mejorar su rendimiento.

El LPI clasifica a 160 países con base en encuestas realizadas a más de 1.000 profesionales de la logística. En su última publicación, Connecting to Compete. 2014. Trade Logistics in the Global Economy, señala con preocupación que la brecha entre los países que llevan a cabo una mejor y peor logística del comercio ha crecido, a pesar de una lenta convergencia desde 2007 (los países de bajo rendimiento venían mejorando sus puntajes generales más rápido que los países de alto rendimiento).

Según el último análisis realizado al LPI por parte de la Cámara de Grandes Usuarios de Servicios Logísticos, el desempeño logístico de los países de la región se mantiene estancado desde 2007: ningún país latinoamericano supera el puesto 40 en el ranking mundial, y el valor mediano de las posiciones de toda la región ha ido descendiendo levemente. En términos porcentuales, a partir del valor obtenido por los líderes mundiales (Singapur o Alemania, según los años), el país latinoamericano con mejor desempeño se ubica en el 70% del nivel del líder, y la mediana de la región en el 55%, con una tendencia decreciente.

El Banco de Desarrollo para América Latina señala en su informe La Infraestructura en el Desarrollo Integral de América Latina (2013), que si bien la dotación física es importante, también se deben tener presente las siguientes dimensiones:

  • Procesos administrativos, aduaneros, legislaciones laborales, reglamentaciones arancelarias, entre otros tienen impacto sobre la eficacia y velocidad de los flujos de transporte, y permiten una mejor utilización de la infraestructura disponible, así como una mejor calidad de servicio y reducción de costos para los usuarios.
  • Disponibilidad de operadores de transporte y de servicios logísticos que sean empresas sólidas, sostenibles y con capacidad de adquirir tecnologías y procesos de alto nivel, para ofrecer servicios logísticos de alta calidad.
  • La integración económica entre los vecinos, a través de tratados de libre comercio (Mercosur, Alianza del Pacífico, Comunidad Andina, ALBA y Triángulo del Norte) que mejoren la circulación y animen a los diversos sectores a invertir. Es fundamental tratar de crear un solo bloque económico; una tarea difícil y muy compleja debido al número de tratados que existen y que están compitiendo entre ellos.

Finalmente, es prioritario tener en cuenta que mientras Latinoamérica trata de hacer grandes inversiones y esfuerzos por alcanzar el potencial competitivo de algunos países occidentales como Estados Unidos, Europa o el Reino Unido, estos seguirán avanzando y consolidando sus posiciones históricamente dominantes, mediante mejoras en sus infraestructuras y sistemas operativos. Esto implica que más allá de tener como meta igualarlos o alcanzarlos, se debe innovar en campos que no son muy fuertes en otras latitudes y que se pueden explorar en la región.