La República Dominicana en la lógica de los Centros
Se ha dicho repetidas veces que nuestro país se encuentra en una zona geográfica privilegiada, lo que nos proporciona una excelente conectividad con el hemisferio y nos da ventajas comparativas como lugar estratégico para instalar centros logísticos. La logística comprende todas las actividades y procesos necesarios para la administración del flujo y el almacenamiento de materias primas y bienes intermedios, y productos terminados; de manera que estos estén en cantidad adecuada, lugar correcto y en el momento apropiado.
Sin embargo, no basta con expresarlo, pues estos centros de acopio del tráfico internacional de mercancías surgen y prosperan en función de la visión, capacidad de gestión y las facilidades que otorguen las autoridades relacionadas a la facilitación del comercio, en especial las autoridades aduaneras y demás entidades vinculadas, bien sean públicas o privadas, que inciden en el comercio transfronterizo.
Los costos y el tiempo son determinantes en la logística, dependen en parte de la geografía; pero tienen más incidencia, por la naturaleza de las operaciones, los procedimientos aduaneros, la carga tributaria que soporte la actividad, costos de energía y la eficiencia de los demás entes operadores logísticos: operadores de puertos, aeropuertos, transportistas locales e internacionales.
En virtud de los acuerdos comerciales firmados por el país se han asumido una serie de compromisos tendentes a la facilitación del comercio, de los que se derivan una serie de políticas destinadas a reducir costos de logística. Estas políticas abarcan desde la simplificación y estandarización de los procedimientos aduaneros, hasta la inversión en proyectos de infraestructura física, como mejoras de puertos, recintos depósitos, facilidades viales, servicios de telecomunicaciones y conexos.
En un entorno internacional de reducción de los aranceles, la facilitación del comercio ha ocupado un lugar preponderante en las discusiones de los organismos multilaterales de comercio, como la próxima alternativa clave para disminuir los costos comerciales de los países en desarrollo, como lo es la República Dominicana.
Justo es reconocer que el país cuenta con una de las mejores infraestructuras portuarias y aeroportuarias de la región, incluyendo sus redes de carreteras, lo que ha mejorado principalmente nuestra conectividad en los últimos años.
Los primeros pasos para crear un centro logístico: En este contexto, el pasado mes de junio se dio el primer picazo para instalar el Centro Logístico Caucedo, contiguo al Puerto de Caucedo, el que cuenta con todos los modos de transporte para desarrollar una eficaz plataforma logística, además su cercanía al Aeropuerto Internacional de las Américas, lo que le dará a esta innovadora infraestructura las características necesarias para el transporte multimodal.
La creación del Centro Logístico de Caucedo se enmarca dentro de las nuevas corrientes de Facilitación del Comercio Global. El incremento del flujo de mercancías por la ampliación del Canal de Panamá generará un impacto significativo en la estructura comercial y de servicios, por la reducción de costos y los avances regionales en facilitación de comercio que traerá consigo esta importante innovación en el comercio exterior dominicano.
En el tiempo transcurrido, desde que abrió sus operaciones la Zona Franca Multimodal Caucedo, hasta la fecha, se han producido en el país una serie de reformas aduaneras, como lo han sido la autonomía de la Dirección General de Aduanas, la aplicación de los acuerdos de libre comercio, principalmente el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Centroamérica (DR-Cafta) y el Acuerdo de Asociación Económica con la Unión Europea y los países del Cariforum (EPA), que contienen disposiciones sobre Facilitación de Comercio y Libre Circulación de Mercancías: la certificación de los puertos en la Iniciativa de Seguridad de Contenedores (CSI por sus siglas en inglés), la iniciativa Megaports, la entrada en vigor del Operador Económico Autorizado (OEA), la implementación del Sistema Integrado de Gestión Aduanera (SIGA), la adhesión al Convenio de Kioto Revisado, sobre Simplificación y Armonización de los Regímenes Aduaneros (CKR), entre otras reformas que afianzan las buenas prácticas comerciales en el país.
Los avances en materia de facilitación del comercio han estado destinados a reducir los costos logísticos. Estos abarcan desde la simplificación y estandarización de los procedimientos aduaneros, hasta la inversión en proyectos de infraestructura física, como mejoras de puertos, construcción de carreteras, telecomunicaciones y servicios conexos. En un entorno internacional de reducción de los aranceles, la facilitación del comercio ha ocupado un lugar destacado en las discusiones de los organismos multilaterales de comercio como la próxima alternativa clave para disminuir los costos comerciales de los países en desarrollo, como lo es la República Dominicana.
En el país los costos de logística (costos asociados con el transporte, almacenamiento y distribución de mercancías desde el productor hasta el consumidor), a menudo representan gastos que superan los aranceles, por la aplicación de las preferencias arancelarias de los acuerdos de libre comercio que tenemos con nuestros principales socios comerciales.
Necesaria adecuación de la legislación aduanera. Desde que se creó el Puerto Multimodal de Caucedo, se vislumbró la idea de aprovechar su infraestructura física y su cercanía al Aeropuerto Internacional de las Américas, para la instalación de un centro logístico. El Decreto No. 29-98 le dio la base legal necesaria para estos fines, concibiéndose como una Zona Franca de Servicios Logísticos con todas los incentivos fiscales, facultades y prerrogativas que le otorga la Ley 8-90 sobre Zonas Francas y sus modificaciones.
Sin embargo, hoy en día, con estos incentivos que se otorgan al régimen de Zona Franca no es suficiente, en comparación con los que se otorgan en países como Panamá, Uruguay y otros del hemisferio, pues las últimas reformas tributarias han eliminado en parte los incentivos por la venta de servicios a mercado interno, cuestión que puede afectar el aprovechamiento de las ventajas de utilización de estos centros, por parte del sector productivo y comercial del país.
Por estas razones se hace necesario impulsar el proyecto de Ley de Aduanas que se encuentra en el Senado, pues en él se contemplan los Centros de Operaciones Logísticas como una modalidad de depósito en que las mercancías se declaran en régimen suspensivo de derechos e impuestos, hasta tanto se presenten a los regímenes u operaciones aduaneras establecidas en la ley. Esta modalidad incluye el almacenamiento de las mercancías en recintos habilitados como extensión de la zona primaria aduanera, eliminando las tasas por servicio ad-valoren y reconociendo en internación temporal por tiempo ilimitado los materiales y equipos necesarios para su instalación y operación, siempre que permanezcan dentro la Zona Primaria Aduanera.
En estos depósitos se admitirá la introducción de toda clase de mercancía de tráfico lícito, cualquiera que sea su naturaleza, origen, procedencia, presentación o destino, arribada mediante cualquier medio de transporte, ya sea terrestre, aéreo o marítimo, incluidas las procedentes de uno o más suplidores para uno o más consignatarios.
Es de resaltar que desde esos centros logísticos se podrán prestar todos los servicios de logística, tanto sobre la carga en tránsito internacional como la destinada al país:
- Servicios logísticos tradicionales de transporte, almacenamiento y acondicionamiento para reenvío de la mercadería. Comprende el transporte y trasbordos necesarios, la recepción, el control, el almacenamiento y la preparación de pedidos para envío al destino final;
- Servicios de valor agregado logístico, como empacado, reetiquetado, selección, limpieza, y otros procesos mínimos o actividades semi-industriales destinadas a acondicionar la mercancía para la entrega al cliente (“customización”), acondicionar o empacar para la venta al detalle, mejora de la presentación y cumplir con los requisitos del mercado de destino;
- Servicios de coordinación logística de la cadena de abastecimiento, coordinar las operaciones de los clientes con sus proveedores logísticos: plantas de producción en el exterior, líneas marítimas, agentes de carga, terminales portuarias y aeroportuarias, a fin de optimizar las entregas;
- Servicios financieros relacionados con financiamiento de exportaciones e importaciones, pignoración de productos, servicios financieros conexos;
- Servicios de pre-inspección sanitaria, fitosanitaria y zoosanitaria para exportadores de productos agropecuarios, de conformidad con las exigencias de los mercados de destino, a fin de evitar devoluciones de embarques; y
- Otros servicios relacionados con la actividad logística.
Tareas pendientes para mejorar el desempeño logístico: El país cuenta con las ventajas naturales y de infraestructura necesaria, falta adecuar las normas y que se entienda que según las disposiciones legales existentes y las convenciones internacionales de las que el país es parte, el aprovisionamiento de naves, tanto marítimas como aéreas, ha de estar exento de todos los impuestos al consumo interno pues se trata de una exportación al país donde está matriculado o abanderada la nave extranjera que toca puertos o aeropuertos dominicanos, esto incluye todos los bienes y servicios que se provean a estos medios de trasporte de uso internacional.
La legislación tributaria interna establece tasa cero para los exportadores, los convenios internacionales sobre facilitación del transporte, aéreo o marítimo de La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI o ICAO, por sus siglas en inglés) y La Organización Marítima Internacional (OMI, en inglés IMO), y la Resolución 119-12, mediante la cual el Congreso Nacional aprueba la adhesión del país al Convenio Internacional para la Simplificación y Armonización de los Regímenes Aduaneros, conocido como el convenio de Kioto de la Organización Mundial de Aduanas (OMA), establece en su anexo específico “J”, Capítulo 4 que se encuentran exentas las mercancías destinadas a ser consumidas por los pasajeros y los miembros de la tripulación a bordo de las embarcaciones, aviones, que sean vendidas o no; y las mercancías necesarias para el funcionamiento y mantenimiento de las embarcaciones, aviones, inclusive los combustibles, carburantes y lubricantes.
Las ventajas que se derivarían de la instalación de los centros logísticos, de los ajustes normativos y la aplicación de las convenciones antes citadas serían múltiples, pues:
- Se abaratarían los costos de los flete por el incremento de la frecuencia de los medios de transporte internacional que tocaran suelo dominicano;
- Se reduciría el costo de los inventarios tanto del sector productivo como del comercial;
- Aumento de la cantidad y disponibilidad de provisiones o insumos para la producción local y artículos para el comercio, al tener inventarios regionales localizados en el país;
- Reducirá el costo de recaudación de impuestos al comercio exterior, bajando los riesgos, pues se focalizará el control en el operador logístico, que por demás será un ente solvente;
- Dará ventajas a los exportadores, proveyendo valor agrado, acondicionando los bienes a exportar a los requisitos de los mercados de destino;
- Mejor aprovechamiento de los acuerdos comerciales de los que el país es parte, en especial de la figura de la Libre Circulación de Mercancías, contenida en el Acuerdo de Asociación Económica entre los Estados del Cariforum y la Unión Europea y sus Estados Miembros, conocido por sus siglas en inglés como (EPA):
- Produce una serie de beneficios que dinamizarán la economía y genera más ingresos para el Estado, tanto por impuestos internos como aduaneros; y
- Mejorará nuestros indicadores de desempeño logístico; entre otras.
Ojalá y entiendan que apoyando la creación de estos centros, el país saldrá altamente beneficiado, pues las naciones que muestran una mayor participación en el comercio global son las que han entendido uno de los fundamentos de las “Aduanas del Siglo XXI” de la OMA, que recomienda a las autoridades aduaneras viabilizar toda operación de lícito comercio que no menoscabe la seguridad nacional, la de sus socios comerciales, y los ingresos del Estado, facilitando el comercio, procurando no sumar costos ni tiempos a la cadena logística.
El autor fue director técnico de la Dirección general de Aduanas.